Un atardecer dorado.
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LORO
Fui un prestigioso vate de salón
Me pensaba el mejor, con ascendencia
¡Qué suprema cantaba mi arrogancia!
Sin embargo, al momento, |
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LLAMADAS PERDIDAS
Un mensaje en el móvil
¿Me quiere decir no?
Mis llamadas no atiende.
Mi teléfono móvil (De Hojas ustibles, 2005) |
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es muy complejo el mundo y este asunto del vivir cotidiano:
puede que libertad
Con tactos adecuados, sin embargo,
escucha su dictado
Pero escucha también
"...son espinas o rosas delicadas
(De Infinito mar que es el vivir, 2003) |
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Sentencian que el amor |
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MAPAS DE GENESUn código de barras está oculto en los genes humanos. Y los sabios se empeñan en leer su cifrado y conocer la fecha en que caducan los ríos de la vida. ¿Sabrán también si un verso prenderá el corazón, en qué momento, del poeta que nace en un mundo de réditos y ciencia? Puede que el ingeniero de genes y desdichas corrija ese defecto y se impida que un libro de poemas nos siembre la inquietud. Será un mundo feliz y ya los versos se volverán el humo de hoguera inexistente. (De Las heridas de amor, 1999) |
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Los códigos se han roto, las señales, |
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Encuentro Te ignoraba. Yo era sólo un espacioVirtual, una quimera, entelequia de un sueño, imagen de pantalla y de cartel. “Iba yo navegando, me dijiste, por ese mar de textos, de imágenes y notas, cuando apareces tú y me obnubilas. Capturé la pantalla con un golpe de tecla o de ratón y, desde entonces, siempre te busqué entre los megas de los discos de todos los rincones de esta aldea global de información y tiempos solitarios. Te busqué y me guardé tu bella imagen de formas digitales. Cada día dedicaba horas de admiración a tu belleza. Te reconozco ahora. No me niegues la dicha de qué bailemos juntos”. Y bailamos sin fin y te conté mi vida. Y me hablaste de amor y de inquietudes, platónico y paciente Pretéritos no importan, recordabas aquel poema sabio De Juan Ramón Jiménez: “Como un pasado oscuro y andrajoso puede todo borrarse…” Hasta la imagen de tus formas desnudas De modelo con qué sembraron mundos de hipertextos y redes”. Las pantallas aquellas de nostalgia de amor, sus matinales alegría sin ti, las tardes de lirismo en que soñaba tu mirada y las noches marinas pendiente de encontrarte virtual, candorosa, bella como las venus de olimpos muy lejanos. Nada me importa ya. “El cielo de” este encuentro “será el comienzo y el final”. Me enamoré de ti como quien lanza su cuerpo a los abismos. Y cerré mi pasado. Aunque también es cierto que aquellos que buscaron ni encanto de escultura, ya la belleza copian de jóvenes promesas. Es una nueva vida que hoy comienza en un sol junto a ti, “a este sol viejo y nuevo qué entreabre sus rosas de un cielo de Zenobia y Juan Ramón divino y candoroso”. Es jardín tu presencia y mi rosa te ofrezco. (del libro inédito en 1997, Las heridas de amor, primera parte) |
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Me despierta un «te quiero». |
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EN INCENDIOS DE AMORMejor verso es el tacto que se rompe y en tactos contorsiona. Mejor tacto es el beso que se extiende y en besos ilumina. La piel queda desnuda de fetiches y en otra piel encuentra sus mares dilatados. En incendio de amor, las llamas purifican los contornos. Tan gozosa la llama agrupa para fénix la ceniza. (De Un libro para el gozo, 1994) |
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Sólo un byte de tu amor |
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ORFEO EN DESENGAÑOConmovióse el abismo con mi llanto de amor, y, persuasivo, convertí a Proserpina en aliada. Suplicaron a coro las Furias sosegadas por los sones ardientes de mi lira, y Plutón, finalmente, con lágrimas brotadas en sus ojos, mi súplica escuchó sobrecogido: el imponente dios de los infiernos hizo transgredir el decreto irrevocable. Pero impuso la triste condición, causa de mi desdicha, ineludible ya: la dejaba partir, mas no debían mis ojos contemplarla en los arcanos parajes de la muerte. Acepté agradecido su bando tenebroso: mis deseos apenas vislumbraron el peligro que el cinismo divino del averno dictaba. Y en silencio, sin verla, en tentación, la tomé de su mano delicada. Era en extremo frío el tacto de sus dedos y sentí los desgarros de un presagio. Evocaba, por el penoso túnel buscando la salida, los jardines de amor que su boca sembraba en mi deseo. Evocaba sus ojos soñadores del mar de mis caricias. Evocaba su bella compostura de diosa consagrada al altar de mi templo enamorado. Evocaba la luz de su afable sonrisa. Mas la duda también prendió su llama oscura de temores y preguntas: "¿Es posible la vida si emponzoña el veneno que la sierpe maldita inoculó? ¿Tan bella sigue siendo como antes de que muerte volviera en ceniza su albor?" Y no pudo mi anhelo resistir, con los ojos cerrados, el camino: impaciente volví mi rostro para verla. Las fauces del abismo despiadadas, a Plutón, sin espera, devolvieron aquel cuerpo que fue tan bellamente tierno a la pasión amante de mis brazos. (De Demonolatrías, 1985) |
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CIRCE, DIVINA ENTRE LOS DIESES, ACONSEJACuando llegues Ulises, a las islas de las bellas Sirenas, cuando escuches la voz que infunde vanos sueños a los hombres propensos a locura, no desvíes el rumbo que fijara con cálculos precisos el experto. Palabras son las suyas que al oído prestan feliz canción embaucadora, que ciega voluntades y que siembra deseos de acercarse a degustar el vino que brindan engañosas a cualquier navegante. Ofrecen libertad, amor, sabiduría, y tan dulces halagos que hacen olvidar la nave del regreso. Perecen en sus brazos los incautos marinos que desvían la ruta. Ni ven más a sus hijos, ni a su paciente esposa. Y, por supuesto, Ulises, jamás podrán cumplir sus sagrados deberes de honrados ciudadanos. Con su canto, hechizan las sirenas, y, tras satisfacer, sus pérfidos deseos, convierten al amante en huesos putrefactos. Ulises, te aconsejo: cuando surque tu nave por aguas de las Islas, no desvíes el rumbo que fijara con cálculos precisos el experto. Tapónale con cera derretida los oídos a quienes te acompañan, y que amarren tus brazos con cadenas al mástil, si acaso tú, tentado de olisqueo, quisieres escuchar el deleitoso canto tentador y fatal. Debes tener presentes estos sabios consejos que dicta la cordura. O te esperan peligros de zozobra en el ignoto mar de los rumbos perdidos. (De Ulises desangrando, 1982) |
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16,48 H. DÍA 7. FEBRERO. REPETIR.Ojos no mirarán los ojos del deseo. Tendrán nota salobre y la palabra fría. Rescatarse, tal vez, con un juego de amor. Imposible este día de vino descompuesto. (De Des(h)echa la ciudad, 1980) |
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Eres el pueblo bueno que trabaja, que sufre y se resigna en viejo rito de callar, de esperar, de ir tirando. Eres el pueblo grande que canta la canción del gran trabajo: reconocer el mal, tener el miedo a que quiten el pan por pedir vida. Eres el pueblo inmenso con siempre la razón con siempre los silencios con siempre la esperanza. Eres el pueblo-dios que renuncia a su dios y solo es pueblo que trabaja, que se crece en los hijos, que se aguanta la carga sumergido en su mundo de hondas actitudes. Eres inmenso padre que a Dios hablas de tú con tanto bueno! (De Se rompe hasta la vida cotidiana, 1980 |
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Mañana será tarde, y con fuerza de más si es de siglos pasados la acción que te reclama. Mañana será tarde porque el cielo puede venirse abajo irremediablemente. Es hoy, este momento que reclama vivir intensamente, por siempre intensamente este momento: que importa más la vida abierta como un mar! (De Marchamar andalusí, 1977) |
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La tinta adulterando verdades y pesares. La muerte es menos muerte, escrita en un papel.
La sangre ya no es roja
El fuego ya ni quema ni enrojece Le robamos al alma su pasión. Le deshumanizamos al hombre sus anhelos. (De Fuego sordo, 1975) |
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